.:Que porqué de mal humor?:.

Lo miré a lo lejos
gritándome que sí
que no podía ser otra figura
que no fuera la suya
que no podían haber otros ojos
con el mismo resplandor
con las mismas pestañas
que atraparon
tantas veces mi mirada
con la misma sonrisa
tentadora en almíbar
y no podía creerlo
pero eran los mismos labios
que aprisionaron suspiros
Era él

Lo miré hacia mí
y yo me apuré hacia él
No sabía que quería
alcanzarme ineludiblemente
convencido que sí
que era yo
la que había conquistado
con sus ocurrencias
que lo había hecho sentir
afortunado
la misma que había nacido
en sus brazos
en tantas noches dormida
en una noche abrazada
a la madrugada rota
y hallada en consuelo

Pantalón claro y camisa blanca
sonrisa amplia recortada
Con la mirada nublada
por lágrimas emocionadas
y yo
con un metro cuarenta y seis cmts
de tela negra encima
estampada con pequeñas
flores blancas
caída sobre la piel y los huesos
que él dejó en perfecto orden
en una cajita de madera
con fondo rojo
intactos
Con los cabellos mecidos
por la prisa

Chocamos abrazándonos
riéndonos
mojándonos los hombros
secándonos los ojos
con las manos recorriéndonos
las espaldas
las cinturas
con los dedos
recordando las locuras
sin querer soltarnos
para obviar excusas
sin querer hablarnos
para no dañarnos

Allí de pie
en un centro asistencial
a donde fuimos a buscar
algo de conciencia
con poco uso
Y los enfermos nos miraban
como si estuviéramos enfermos
y yo lo abrazaba
como si estuviera curada
y él me lloraba
como si estuviera moribunda
y repetía mi nombre
sin voz
enjaulado en su boca
como un rosario sagrado

Y cuando pudo hablar dijo
Te Amo a mi pelo
Y cuando pude hablar dije
Yo También a su cuello
Y no quería soltarlo
y él no podía soltarme
hasta que nos soltamos
sin soltarnos
y nos miramos
con sangre en las heridas
riendo y llorando
con baba en las bóvedas de los besos
Y no pudimos besarnos
‘Ahora que preguntas,
porque corriste las cortinas
¿qué decías?



Dalila Benedetti