En un día como hoy, los perversos dejaron sin vida a muchos hombres, a muchos hombres sin leyes, a muchas leyes sin valor, a muchos valientes sin hijos, a muchos hijos sin líder, a un líder sin Libertad y a la Libertad la hicieron prisionera …
Al final de ese día una sombra vistió de dolor y tristeza a la esperanza de un noble Gigante que permanecía en vigilia, con las ojeras tricolor se levantó, cargó sus manos con estrellas, tomó el paraíso azul también en sus manos, ese que hacía dos años había llamado "Constitución" y salió apresurado en busca de su Líder, gritando por las calles "¿Dónde está Chávez?"
Un día después, el Gigante contra balas y látigos, con sudor y sangre; reprimido por los traidores salió dispuesto a seguir muriendo, sin miedo, aunque latía en sus heridas el destructor silencio de los mentirosos de comunicación que mintieron mucho más de lo que comunicaron, pero mantuvo su vigilia y su lucha hasta traer de vuelta a su querido Presidente...
Al final de ese día después, el Gigante había perdido a sus camaradas, pero lloraba de alegría por los que quedaban, entonaba a la patria su Canción de Lucha para que nunca más durmiera, levantaba victorioso su paraíso azul, ennoblecían sus ojeras tricolor adornadas con estrellas y junto a héroes con trajes de camuflaje daban rotundamente Gloria al Bravo Pueblo...
En este día recuerdo a las víctimas de los perversos hombres, a los hombres que cayeron por liberar a su pueblo, al pueblo que clamaba por su Líder, al Líder liberado que retornaba más enamorado y cansado, al cansancio con aroma a Victoria, y a la Victoria que alcanzamos...
Dalila Benedetti
